Gastronomía

La rellenas y el bolones, dos platos tradicionales de Esmeraldas

Quien visite Esmeraldas y no saboree su gastronomía, como las rellenas que prepara Rocío Gómez, es como que no hubiese ido a esta ciudad. La experta en este plato tradicional de la ‘Provincia verde’, relata que desde hace 15 años se dedica a elaborarlo. Es preparado con las tripas, menudencias y las patas del chancho. La idea nació luego de una fiesta de cumpleaños que llevaron a cabo en su casa, donde el menú estrella fue este, que dejó con ganas a más de uno.

A partir de esa motivación, Rocío puso su negocio y no dejan de llegar personas a su local.
 

Laborioso
La rellena, dice, es un plato laborioso que demanda tiempo. Se hace con las tripas, las menudencias y las patas del chancho. Por eso, todos los días, desde las 05:00, está de  pie para la tarea. 

Una vez listo, lo sirve como el cliente lo desee: frita o con caldo, acompañada de pedazos de verde. El precio fluctúa entre 3 y 5 dólares. En su local  se atiende todos los días, desde las 07:00 hasta las 15:00.

Con orgullo y satisfecha por la aceptación de su plato, dice que entre sus clientes hay abogados, médicos, ingenieros, profesores, banqueros, gente del mercado, jóvenes y personas que llegan, especialmente, desde Guayaquil, Quito, Ambato, incluso, de Italia, España y Estados Unidos.

APETECIDO. En la hueca de Doña Marlene Maifrén, se oferta el bolón de verde desde hace 34 años.

Más opciones  
Además de la rellena, en Esmeraldas, en el centro de la ciudad, en las calles Pedro Vicente Maldonado (Malecón) y 9 de Octubre, frente al edificio del Registro Civil, está la ‘hueca’ de doña Marlene Maifrén, donde oferta otro platillo tradicional, los bolones de chancho.

EL DATO
La hueca de doña Marlene es publicitada en la portada de un avión de España.
David Barsola es el administrador y el hijo de la propietaria, quien está al servicio de los comensales desde hace 34 años. 

Hace diariamente 40 libras de chancho y entre ocho a 10 racimos de plátano, que, en días normales, venden casi todo lo que preparan, y en feriado hasta les hace falta. Los bolones son despachados al gusto del cliente, con o sin grasa.

Una de las hijas de doña Marlene, Ana Quiñónez, también heredó este arte. Su negocio está en la Olmedo y Ricaurte, donde oferta, además de los bolones, encocao, albacora y concha. 

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